Un piso con muchas puertas y de habitaciones pequeñas
“En nuestra casa hay muchas puertas”, oigo que dice la mayor.
Tiene razón. Vivimos en un piso con muchas puertas. Puertas que separan las habitaciones. Puertas que compartimentan el espacio. Pienso en la casa de mi abuela, también es así. Pisos viejos. Está llena de puertas. Todo esto surge después de que la pequeña haya estado dando golpes a una puerta y yo le haya dicho que las puertas son muy caras y que si rompe una no podremos comer helados en todo el verano porque habrá que ahorrar el precio de una puerta en helados. Me ha mirado preocupadisima, me ha pedido perdón, “no lo sabía”, ha añadido. Soy una de esas madres que les dice a sus hijas cuan caro es todo, cuantas horas de trabajo cuesta pagarlo, y sobretodo, a cuantos helados equivale, que creo que es una medida más tangible a ciertas edades. O incluso toda la vida, qué horror un verano sin helados.
Luego pienso en los pisos modernos o rehabilitados en los que viven algunas amigas y amigos. Han tirado paredes, han quitado puertas. Hay más espacio, menos agobio. A mi también me gustaría hacer desaparecer un par de paredes de este piso, y sus puertas. Sueño con casas diáfanas y luminosas, casas pasivas, duplex enormes, mucha luz entrando por enormes ventanales, cocinas abiertas, puertas correderas que parecen paredes cuando las cierras, salones grandiosos con sofás que no están pegados a la pared.
Está claro que tener muchas puertas significa que hay al menos una habitación, puede que dos, puede que un salón, y que un estudio precario y minúsculo en un bajo interior no tiene casi puertas. Pero más allá de que siempre hay personas viviendo en una situación mucho peor, un piso o una casa sin puertas se parece más bien un privilegio. Mantener esos espacios sin puertas a la temperatura adecuada tiene un coste elevado. Gracias a las puertas podemos ahorrar en calefacción, poniendo un radiador en el dormitorio de las peques y cerrando la puerta de la cocina para que se caliente mientras preparamos la cena. O instalando un aire acondicionado únicamente en el salón, cocinando con ventilador y durmiendo con las ventanas abiertas. Porque los pisos viejos suelen, además de tener muchas puertas, estar mal aislados.
Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2023, “El 27,5% de los hogares afirmó que no pudo mantener una temperatura suficientemente cálida durante los meses fríos. Por su parte, el 33,6% manifestó que no tuvo una temperatura suficientemente fresca durante el verano.” Un piso, o una casa, con pocas puertas (las necesarias, las que garantizan la privacidad: dormitorios y baños), con una escalinata, con techos altos y ventanales, tiene que estar muy bien aislado, bien orientado y bien climatizado. Y todo eso significa dinero, es decir, muchísimos helados.
Supongo que un piso con muchas puertas es un piso de clase obrera.
Sempre encertada, tan encertada que abraça i pica al mateix temps 🫂